En nuestro cielo

En nuestro cielo ya no hay estrellas para contar
Ni las nubes blancas ni una luna para alumbrar.
En nuestro cielo llueven lágrimas sin cesar
El tiempo duele la distancia nos hace bien y no mal.

Cariño mio, en ese, nuestro cielo,
En ese en el que prometimos amarnos hasta ser ancianos
En donde no temíamos a nada porque estábamos juntos...
En nuestro cielo, aquel que creamos con esperanzas y besos.
Por mas que sonrió, mis ojos hablan de tu ausencia.
pero no queda nada que yo pueda hacer.
He tratado mas allá del cansancio, he llorado con el corazón en la mano
En la pobreza y enfermedad juntos hemos estado,
Y sin embargo cariño mio no me respondes,
me pierdo en mi llanto y me causo lastima a mi misma.
En nuestro cielo ya no hay sol ni viento soplando
Solo lágrimas y silencio, en ese que era nuestro cielo.

Pero si solo tal vez, en un tiempo razonable te apiadas de tu corazón amante
De aquel que habla cuando tu callas
Del que grita que mi presencia le falta
De aquel que desconsolado a solas llora...

Texto: Díaz, Laura. México. (15 de marzo, 2018
*Imagen tomada de la web.
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Lo nuestro no era para siempre

Lo nuestro no era para siempre y lo sabíamos.
Mas sin embargo lo intentábamos cada día
Esperando que la razón del corazón se equivocara
Nos veíamos tan bien juntos..
Que hasta la brisa nos envidiaba.

Lo nuestro no era para siempre,
Hicimos de todo y no hicimos nada
Porque cuando el destino esta en contra
Nadie  le puede dar batalla.

Díaz, Laura. México. (15 de marzo, 2018)
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Ojalá que no me encuentres

Ojalá que no me encuentres cariño
Ojalá que vivas sin recordarme
Y pases tu vida sin suspirar me
Ojala que no me encuentres cariño.

Ni en tus noches tibias
Ni en tu cuerpo tan mio
Ni en estos versos
Que aún te dedico.

Ojala que la vida te trate bien
Y que nunca comprendas que fue
Ojala que no me encuentres
Ojala que nunca sepas realmente
Cuanto es que te adoré.

Ya no hay nada

Me dolió tu indiferencia
tu egoísmo ha carcomido
mi corazón desentendido
has robado la piedad...
la piedad que me quedaba

Y ahora que ya no hay nada
nada que te socorra
nada que te procure
vienes con palabras sinceras
a justificar tus problemas.

Pero no, ya no hay nada
ni oraciones piadosas
ni lagrimas ni esperanza
ni empatía o tiempo
ni nada de tolerancia.

Comprendí a base de llanto
que si estas ciega
es por propia decisión
por justificar tu traición
has robado mi amor.

Así que no, no entiendo
ni quiero entender
mis triunfos te comieron
y sinceramente no entiendo
ni como, ni mucho menos porque.

En algo que yo no sembré
y que ademas te advertí,
no me quiero entrometer
hazte cargo entonces
de tus propias decisiones.

Texto: Díaz, Laura.
Imagen: Miguel Navarro.
04 de enero, 2017. México
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El triste silencio.

Solo un triste silencio
por el amor que ayer broto
y de el se han olvidado hoy
solo un triste silencio.

Y si los besos se han apagado
y celosos se han vuelto
hacia indiferencias y vació
solo un triste silencio.

Porque cuando el cuento
un melodrama se ha vuelto
el cruel e inquieto pensamiento
asegura que es mejor no leerlo.

Las cenizas que brillan
detrás del inevitable destierro
merecen ser respetadas,  amadas
y solo un triste silencio.

El tiempo que, es el tiempo
hará a la lluvia secarse
y cortés se volverá el silencio
el que hoy es triste silencio.

Pasa de todo detrás de la puerta
y para el mundo no pasa nada
por lo vivido, por lo vivido
mejor el triste silencio.

Un punto y aparte para los amantes
que un día fueron la base
para que una humilde casa
un hogar pudiese llamarse.

Es triste, es cruel e inevitable
pero por el poco respeto
que aun queda entre ellos
es mejor el silencio, el triste silencio.

Texto: Díaz, Laura. (2 de enero, 2017.) México.
Fotografía: Miguel Navarro.
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