Las pequeñas historias
que se forjan cada día,
desde las asombrosas
hasta las más conocidas.
Las pequeñas historias
que dan sabor a la vida
tan pequeños como hormigas
tan gigantes como una sonrisa.
Aquellas historias tan profundas
de esas que no olvidas,
siendo capaces de creerlas
para después hacerlas nuestras.
Creyéndonos mortales en el cuerpo
sabiéndonos inmortales en el alma
y es por esas pequeñas historias
que la vida nunca acaba.
Porque después de la tormenta
viene siempre la calma,
porque el sol siempre sale
para todo el que tiene esperanza.©
Díaz M., L.
México. (2014, 20 de Octubre.)
Para: http://poemasdmln.blogspot.mx/
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