Aún no existen las palabras
para expresar la alegría de vivir,
pero existen los gestos, los sentimientos,
las miradas, los silencios.
Las carcajadas que hacen temblar el cuerpo
levantando la mirada,
mirando al cielo,
sentirse vivo desde dentro.
La música que estremece
el tiempo que se congela
el recuerdo que no se pierde
la belleza, la naturaleza.
Pero existe el llanto
del recién nacido
donde el universo nos dice
que no nos demos por vencidos.
Existe la mirada que acaricia
la sangre que hierve de amor
aun no existen las palabras,
pero creemos en un mundo mejor.
Saber que somos parte
de un ciclo sin final,
donde nuestra aportación
puede la diferencia marcar.
Aún no existen las palabras,
pero existen las batallas,
que trascienden en tiempo
que se llevan en el alma.
Díaz, M. Laura N.
México, (27 de marzo, 2015).
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