Una lagrima ha corrido
por mis mejillas
y me he detenido
a mirar tu fotografía.
Has sido una pausa
en mi rutina diaria
correr, andar y llegar,
volver, dormir y comer.
Ya todo es, conocido
y tengo que seguir
o me muero de frío,
de tristezas y de vivir.
Ojala pudieras mirarme,
estarías orgulloso de mi.
Estás ahora tan distante...
y siempre dentro de mi.
Díaz, Laura. México. (28 de septiembre,2017).
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