pues lo maravilloso de una flor es su templanza
pues jamás se ha visto a un ave odiar su color
si te muerden, que no te consuma el veneno
que no se corrompa tu corazón puro ni tu semblante sencillo.
Pues solo se odia aquello que jamás se podrá tener
que no te alcance su maldad preciosa,
creeme tus lágrimas solo despejarán tu vista
y tu corazón volverá a amar de manera sincera
y volverás a creer y a crecer, siempre con humildad.
Pues es todo aquello lo que te hace única y especial
pues de maldad este mundo ya conoce bastante.
Alégrate en Dios que Él te ama a ti.
¿cómo ibas a saber de traición si no hay maldad en ti?
no odies a quien no sabe amar, miralo con piedad.
Pues solo desde la piedad se comprende el dolor
de un alma incomprendida y herida.
Y, que por sus heridas, no sabe amar de otra manera.
Que no te amargue el corazón ni el semblante
que no te encadene el dolor ni el coraje.
Texto: Laura Díaz
Imagen: kudybadorota